lunes, 16 de noviembre de 2020

Reflexiones sobre Pandemia y el reconocimiento de la Naturaleza como Persona

 

(Un análisis al texto de Eugenio Raúl Zaffaroni: La Naturaleza como Persona: De la Pachamama a la Gaia)


 

Comprender el texto de Zaffaroni, implica identificar el origen y la experiencia de este abogado argentino que actualmente se desempeña como Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y desnudar su cercanía con el derecho penal. El conocimiento y relacionamiento permanente con la punibilidad de la acción humana y la protección de los derechos humanos le permiten a Zaffaroni extender su discurso sobre la naturaleza como persona en su importancia misma para la existencia de la vida humana, sacando a relucir elementos de objetividad, subjetividad y dogmática del derecho.

 

Al hacer referencia a la actual emergencia sanitaria que atraviesa el planeta con el denominado COVID-19, el texto: La Naturaleza como Persona: De la Pachamama a la Gaia, de Zaffaroni, es un llamado desde el derecho a la necesidad pasada, presente y futura de reconocer derechos de la naturaleza en una complementariedad protectora de la existencia humana, presentándose también como un elemento que predice desde la academia, nuevamente, la situación actual del planeta y el desequilibrio que ha venido generando el comportamiento del hombre como parte del planeta y su relación con los demás elementos que componen la Pachamama.

 

Si a bien se tiene, la pandemia por la que atraviesa el planeta es una consecuencia de ignorar enseñanzas ancestrales, evolutivas y experienciales. Una desatención que aún impide al hombre entender su interrelación con y en el planeta. Una responsabilidad que no se ha entendido completamente y cuyas consecuencias se expresan bajo virus como el VIH y el COVID-19. Desatenciones que pueden extinguir la existencia del hombre en el planeta.

 

De esta manera, Zaffaroni, bajo una descripción planteada desde la complejidad de la dinámica ideológica del hombre en la relación con su medio, enfrenta a una sociedad que es ambivalente de pensamiento y acción, lesionando permanentemente el medio ambiente, sus recursos y con ello su propia existencia. La actual pandemia, bajo una interpretación del texto de Zaffaroni, es un nuevo llamado del planeta a la especie humana para que libere las presiones que ha generado en los recursos naturales, para que reconozca la importancia de estos en su vida y para que entienda su papel y responsabilidad en el funcionamiento de este complejo sistema cuyo nombre, al igual que el de dios en las religiones, puede recibir diversas acepciones, pero es exactamente el mismo.

 

Zaffaroni evidencia en su texto que, frente al reconocimiento de los derechos de la naturaleza, se vienen generando avances en el mundo, tanto desde la discusión internacional y la positivización constitucional, como en el reconocimiento jurisprudencial a falta de contenido expreso en la constitución como es el caso de Colombia.

 

Estar de acuerdo con el reconocimiento de los derechos a la naturaleza es una obligación de estado(s), y de ser humano, como solución a la necesidad de existir y que, además, permite avanzar en un camino donde la regulación de la relación hombre-naturaleza es un instrumento que sirve de ruta pero que no garantiza el resultado. En un país como el nuestro, y quizá en muchos del mundo, el único efecto negativo en el reconocimiento de derechos de la naturaleza es la migración la discusión política a la técnica, pero precisamente de allí es de donde provienen los efectos positivos, siendo el más relevante la garantía de la existencia y protección de la vida humana desde el entendimiento que “no somos algo externo ni huéspedes de Gaia, sino parte de ella”.