El roce previo sirvió para que pusiera su mano en mi lengua. Sin importar que sus dedos apestaban a tabaco apretó su puño y de un tirón abrió mi alma. Siete caminos llenos de información hicieron que su mano se insertara en mi cuerpo y los cinco secretos más profundos quedaron a su alcance. Al obtener lo que quería, ha sacado delicadamente su mano y mis entrañas sienten puño de arriero. Finalmente, mi lengua, de suave piel, vuelve a su sitio, a ser garante de seguridad hasta el próximo jalón. Su última caricia me ha recordado que soy un Guarniel.
@pipecorreac
No hay comentarios:
Publicar un comentario